GRACIAS, MAMÁ, POR CADA SEGUNDO DE TU VIDA QUE HAS PASADO CONMIGO.
Para mí, cada día era un día importante, mi momento favorito del día era tus buenos días acompañados siempre de tu beso. Besarte era para mí lo más bonito del día. Tus besos, tus caricias, tus abrazos... siempre me protegían frente al resto del mundo. En tus brazos sentía la seguridad que nunca tuve, en tu mirada el cariño que me dabas, en tus manos la fuerza que me transmitías.
Cuando era pequeña te miraba porque me parecías la mujer más bella del mundo, siempre fuiste una señora elegante, guapa por dentro y por fuera porque tenías una elegancia y una estilización espiritual. Eras algo más que guapa, eras especial. Desprendías un brillo que sólo las almas como tú pueden tener.
GRACIAS, MAMÁ, porque desde niña supiste introducir el mí la curiosidad intelectual. Comenzaste plantando la semilla de la fe con la que me acercaste a Santa Teresa y su pluma; después me descubriste el maravilloso mundo de la lectura donde podría conocer todo aquello que deseara, mundos diferentes que me ayudarían a ser mejor persona; de tu mano conocí las monarquías europeas, el gotham europeo de donde surge la historia de nuestro mundo algo que me llevo después a indagar y ampliar en todos esos países y en esas familias hasta llegar a los griegos y romanos... y para conocer todos esos países aprender idiomas que me permitieran entender las diferentes sociedades y culturas... Así, mamá, me fuiste dando la mejor educación, me llevaste a maravillosos colegios, universidades,.. te preocupaste porque fuera una buena persona (siento no haber sido mejor). Y, por supuesto, el origen de mi pasión por el periodismo nació gracias a ti, siempre te decía que cuando estabas embarazada de mí ya había nacido, porque siempre tenías la radio y la actualidad periodística era para ti algo natural, cuántas noticias me has dado!
En esa educación siempre me llevaste por el lado británico en las emociones (la de la realeza más antigua), en el francés para la elegancia (la que he visto en ti) y en una familia italiana donde tú eras y sigues siendo el centro de nuestras vidas: la MAMMA, que me ha dado lo mejor, que me ha llevado a los mejores sitios, que me ha quitado todos los obstáculos que ha podido y me ha protegido de todo...
Mamá, todo lo que haga en esta vida voy a intentar que sea el homenaje que no has podido ver, tratare de hacerlo lo mejor posible para ganarme tu perdón. Cada día me queda un día menos para volver a verte, para acobijarme para siempre en tus brazos.
Ahora creo que vas conmigo siempre, aunque no te escuche, ni te vea; que me acompañas a clase, a hacer todo, que me ves estudiar... y sé que cuando llegue a ese viaje que has hecho sin mí y del que no me cuentas nada, ya habrás estado con Coco Chanel, Cristobal Balenciaga.. y les habrás hablado de tu pequeña como yo hablo de mi MADRE a todo el mundo.
Perdóname que este homenaje llegue con un año de retraso y que no haya sido la hija que te merecías. No dudes, que voy a intentar ser mejor y ayudar a mis hermanos y no ser una pesada herencia para ellos.
Gracias porque sigues cuidando de mí desde el Cielo, veo cosas que sólo tu puedes hacer (aprobar todo, conseguir lo que necesito...), le haces a la chacha recordar que tiene que traer miel y continua dándome esas delicias que tú me has dado siempre. Antonio vuelve a ser el hermano que conocimos. Y todos te echamos de menos. En especial, tus hijas.
TE QUIERO, MAMI! I LOVE YOU, MUMMY! TI VOGLIO BENNISIMO, MAMMA!
